comportamientos

Hoy me pasó algo interesante, en cuarentena tenemos que respetar las distancias en las filas para lo que sea. Pero la gente en esta etapa ya hace lo que quiere. Es imposible controlar cuando se niegan a escuchar y se ponen agresivos con pedidos lógicos de seguridad y prevención. 

Algo tenemos que tener en claro, el barbijo tiene que curbrir hasta la nariz, no sobre la boca, no en el cuello. Fumar no habilita a que andes por la calle con tranquilidad con el barbijo en la mano. Llamarle la atención a la gente para que tome conciencia provoca agresión, violencia y discusión por parte del atacado. No tiene sentido, estamos todos en la misma situación y hay que respetarnos. 

Una señora no quiso acomodarse el barbijo, a pesar del pedido de varias personas de control del correo, dió como resultado el enojo del policía del local y salió al rescate de las chicas que seguían siendo agredidas por la señora. Tengo uqe señalar que esta mujer de edad mayor no estaba cumpliendo con la distancia recomendada, el barbijo lo tenía en el mentón y aún así quiso discutir hasta no poder más. El policía le decía que no iba a poder entrar al local, a lo que la señora le responde que ella va a entrar igual (lo mismo que le dijo a las chicas antes, que ellas no eran quienes para decirle que no podía entrar ni como usar el barbijo).
Tanta resistencia por parte de la señora resultó en la amenaza del policía que le dijo que iba a multarla, y que tampoco iba a poder entrar al local. La señora se acomdó el barbijo y quedó refunfuñando entre dientes. Una fila de más de una hora y media, no valía la pena seguir peleando para haber perdido tanto tiempo. 

Filas largas para entrar a cualquier lado, la gente no mantiene las distancias pero sobre todo, la gente sigue siendo la misma, el barbijo no te cambia la personalidad. El egoismo y la inconciencia siguen siendo moneda corriente en la sociedad. Aparecer las señoras que dicen ser pacientes de riesgo para sobrepasar las filas y a la gente que espera por largo rato, haciendo abuso de su prioridad, porque digamos que nadie tiene problema en dejar pasar a alguien que está embarazada o tiene alguna necesidad para ser prioritario, pero nada justifica el maltrato para los demás que esperamos pacientes. Porque, seamos sinceros, están los pacientes de riesgo, y están los demás que están expuestos y que pueden contagiar. Entonces, no somos todos un riesgo? Un riesgo para los demás y un riesgo para nosotros mismos. 

No hay necesidad de pasarle por arriba a la gente, así como los que dicen que tienen "una consuta" que termina en una compra. Los que aparecen de la nada para decir que son solo dos minutos, cuando uno espera bastante tiempo en el sol, expuesto, pensando en los alrededores y sufriendo con el barbijo en la cara. 

A mi me pasó, al principio, la falta de costumbre al barbijo por tanto tiempo hizo que me agarraran ataques de pánico, sentir que no podés respirar y de repente aparece la claustrofobia y todo empeora.
La costumbre hace que te puedas olvidar que lo tenés puesto, las telas suaves o los materiales cómodos suman bastantes puntos. De a poco vas perdiéndole el miedo aunque la respiración se haga difícil, más cuando hace calor y todo parece empeorar, o momentos de tensión donde falta más el aire, más de lo normal. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Algunos inconvenientes en el diseño

Reflexión cuarentena día 45